4 creencias tóxicas de las que debes deshacerte.


El famoso psicólogo Dr. Aaron Beck (1979) escribió sobre los diferentes tipos de patrones de pensamiento negativos – llamados «distorsiones cognitivas» – y se dio cuenta de que muchos de sus pacientes sufrían de patrones adoptados de depresión y ansiedad.

A continuación se enumeran algunos de los más comunes que tú mismo puede estar haciendo:

1. Sobregeneralización

La sobregeneralización se refiere a los casos en los que se hacen inferencias (a menudo negativas) basadas en un solo evento. En pocas palabras, esto sucede cuando tomas una mala experiencia y te convences a ti mismo de que siempre será verdad. Por ejemplo, cuando ya llegas tarde al trabajo o a clase y te das cuenta de que has olvidado algo importante en casa, piensas: «¡Oh, qué suerte la mía! ¡Siempre me pasan cosas malas!»

A pesar de que estas son sólo pequeñas cosas, dejas que arruinen el resto de tu día y empiezas a ver lo negativo en todo. Lo que no entiendes es que no tienes que dejar que te deprima, pero estás eligiendo pensar en ello y aplicarlo a cada inconveniente o contratiempo menor que encuentres.

2. Razonamiento emocional

Otra creencia tóxica que mucha gente tiene es la creencia de que sus sentimientos representan con precisión su situación. Asumen incorrectamente que sólo porque se sienten mal por algo automáticamente lo hace cierto, cuando en realidad, sus sentimientos no son su realidad. Esto sucede cuando piensas que cosas como «Me siento tan indeseado que no les gusto a mis amigos» o «Esto me está molestando, así que debe ser un gran problema«.

Cuando haces esto, estás dejando que tus emociones te controlen cuando deberías ser tú quien controle tus emociones. Ten cuidado para evitar esto y no dejes que tus sentimientos te lleven lejos. No deberías permitirte creer todo lo que piensas, porque a veces, todo está en tu cabeza.

3. Declaraciones de normas

Esta creencia tóxica es especialmente común entre los perfeccionistas o fanáticos de las manías. Las «declaraciones» se refieren a las normas rígidas, a menudo poco realistas, que estableces para sí mismo y para los demás, creyendo que una persona debe ser esto o aquello y que ninguna otra forma es aceptable.

Cuando las personas hacen esto, se vuelven demasiado críticas consigo mismas y con los que las rodean cuando no cumplen con sus altas expectativas. Son demasiado duros con aquellos que fracasan y sienten la necesidad compulsiva de que todo sea perfecto todo el tiempo.

A estas personas les resulta difícil tomarse las cosas con calma consigo mismos o con los demás y tienen dificultades para aceptar sus propios defectos o los de los demás. Puede que no entiendan que el éxito no lo es todo, y que la valentía y el esfuerzo merecen ser aplaudidos a pesar del fracaso.

4. Pensamiento mágico

También conocido como el «tipo de mentalidad de algún día», el pensamiento mágico es la creencia tóxica de que todo estará bien una vez que se logre algún tipo de objetivo. Mucha gente piensa: «Una vez que sea más delgada, más bonita, más rica, más lista, más popular, etc., seré feliz y todo saldrá bien«.

Aunque al principio no parezca tóxico (ya que puede ser bastante motivador con moderación), puede convertirse rápidamente en autodestructivo una vez que te permites sentir que, por mucho que trabajes, nunca tendrás o serás suficiente. Quieres consolarte con el pensamiento de que el futuro será mejor, pero al hacerlo, no ves todo lo bueno del presente. No sabes cuándo dejar de fumar porque nunca estás satisfecho y, al final, puedes encontrarte atrapado en un círculo vicioso de vacío y descontento.

Estas son sólo algunas de las trampas de pensamiento comunes en las que mucha gente debería tener cuidado de caer. Estar más atento a tus pensamientos y desafiar tu mentalidad negativa es una parte importante del cuidado de tu salud mental.

Quiérete lo suficiente como para cuidarte. Debes saber cuándo es el momento de apagar tu cerebro a tu propia negatividad y detener tus formas autodestructivas de pensar. No te interpongas en el camino de tu propia felicidad.

De vez en cuando, detente y pregúntate a ti mismo si dejarías que alguien más hablara con alguien que amas de la manera en que te hablas a ti mismo. Si encuentras que la respuesta es no, entonces es hora de que hagas un cambio. Empieza a vivir tu mejor vida hoy.

Publicar un comentario

0 Comentarios