Propiedades curativas de la lavanda.



La lavanda es un subarbusto de la familia de las labiadas, se encuentra en europa occidental y meridional, así como en el norte de África, sobre todo en terrenos calizos, secos y soleados. Mide entre 30 y 60 centímetros. Sus hojas, estrechas y lanceoladas, tienen un color gris verdoso, y sus flores azul violeta se agrupan en espigas. Despide un olor dulce, y su sabor es cálido y amargo.

Propiedades curativas de la lavanda

La lavanda es uno de los remedios más antiguos de nuestra cultura. Dioscórides, Plinio y Galeno ya alababan las increíbles virtudes de su aceite, y las amas de casa vienen usándola desde hace siglos para perfumar la ropa, alejar a las polillas y ahuyentar a las moscas y mosquitos.

Entre las cualidades de la lavanda, se cuentan el ser digestiva, diurética, sudorífica, vermífuga y estimulante. Resulta excelente contra vértigos y náuseas. Así como para la falta de apetito y los cólicos difusos. Las crisis de neurastenia, con palpitaciones y temblores, también remiten ante el poder curativo de este sencillo vegetal.

También se sabe que resulta eficaz contra el asma y la gripe, así como para combatir la ictericia, la leucorrea y la debilidad ocular.

El preparado más sencillo consiste en una infusión de 30 gramos de briznas de lavanda por litro de agua, tomando una taza cada seis horas. Sin embargo, contra cólicos intestinales, existe una infusión compuesta de tres gramos de lavanda y tres, gramos de mejorana por litro de agua (se tomará una taza muy caliente al levantarse y otra al acostarse).

Para tratar las enfermedades de las vías respiratorias, la lavanda puede administrarse en inhalaciones: se aspirará, bajo una toalla, el vapor de una infusión muy caliente hecha con 50 gramos de planta por litro de agua. En gargarismos, se utiliza para limpiar las llagas de la boca (30 gramos por litro de agua).

En uso externo, la lavanda es muy eficaz contra traumatismos, inflamaciones, esguinces y tirones musculares, así como para desinfectar heridas y quemaduras. Puede utilizarse para tratar la gota y el reumatismo, y en fricciones sobre el pecho, tonifica los pulmones y alivia los síntomas de los resfriados.

Para aplicarla en compresas y fricciones, suele elaborarse una infusión con 50 gramos de planta por litro de agua. Contra las heridas y quemaduras, es preferible utilizar una decocción, hervida durante diez minutos, preparada con las mismas proporciones que la receta anterior.

Esta planta también es muy utilizada para tratar las enfermedades de la piel, como eccemas y acné. Para ello, podemos dejar macerar durante 15 días 100 gramos de lavanda en vino blanco. Si se trata de enfermedades venéreas, se recomiendan fricciones o duchas vaginales con una infusión de 30 gramos por litro de agua.

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