Cómo es el hombre Piscis


Si existe un territorio a medio camino entre el sueño y la vigilia, entre la imaginación y la realidad, entre lo que puede ser y lo que es, ese es el país del hombre del signo de Piscis. Los nativos de este signo tienen a su favor una gran sensibilidad… Y en su contra la incapacidad para decidirse entre los reinos de lo imaginario y lo real. Poetas y soñadores, la estirpe de los hombre del signo de los peces son poco prácticos y un caos en todo lo que tiene que ver con la planificación y la proyección de escenarios. La vida se les va de las manos mientras insisten en soñarla… pero, muchas veces, los Piscis dejan de ser meros soñadores para convertirse en verdaderos visionarios.

Los hombres Piscis llevan adelante la dura tarea de vivir con un pie en la tierra de los sueños y otro en la vida real. No es algo sencillo, y más de una vez a lo largo de sus vidas van a confundirse y no sabrán en dónde se encuentran: si en el sueño o en la razón, si en donde impera la imaginación o donde cuentan los actos. Su misión es traer del sueño aquello que se puede aplicar en la vida, como la de todo chamán y visionario, pero no siempre atina a aterrizar en los hechos aquello que le parece tan sencillo con los ojos cerrados.

En el amor los Piscis son titubeantes. No es que teman al compromiso: es que son incapaces de él. Tardan en saber lo que quieren, y quien no sabe lo que quiere, no puede atarse al amor, no puede dejarse llevar por la verdadera pasión. Suelen ir de una persona a otra, sin dejar claro qué es lo que buscan. Rompen corazones sin la intención de hacerlo, hieren son su duda y su silencio, pero poseen un corazón noble. A veces, abren los ojos y comprenden al Destino: entonces se aferran a la persona que aman. Todo lo que tienen que hacer es descubrir y dejarse descubrir.

Los Piscis rara vez fundan un hogar y se entregan a una familia. Inmaduros por naturaleza, la crianza de los hijos es para ellos un misterio que se niegan a aprender, pero una vez que la vida los pone en ese camino, son amorosos padres, los mejores amigos de sus hijos, los más divertidos esposos, los más creativos jefes de familia. Si bien es necesario que cuiden su economía, pues son poco dados a la previsión y los ahorros.

No hay que darle tareas que requieran concentración y coordinación. Lo suyo son las tareas creativas: la escritura, la videncia, la construcción… No son buenos para comunicarse ni para mandar, con lo que mejor es que sean parte del equipo, y no su cabeza.

Si se quiere comprender el misterio del mundo, hay que acercarse a un Piscis.

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