Potencias extranjeras han estado involucradas en el sangriento conflicto en Siria desde que comenzó hace siete años, pero recientemente la confrontación entre estos países se ha incrementado. Sira es cada vez más claramente el escenario del enfrentamiento entre Estados Unidos, Irán, Israel y Rusia.
El conflicto en Siria es principalmente una sangrienta guerra civil que, de acuerdo a estimaciones de Naciones Unidas, ha causado unas 400.000 muertes y forzado el desplazamiento de alrededor de cinco millones de personas.
Sin embargo, también es el escenario de varias guerras "proxy", las que enfrentan a grandes potencias a través de terceros países. Un panorama complejo en el que a veces el amigo de un amigo puede ser enemigo.
"La comunidad internacional ha ignorado ampliamente la guerra siria", le dijo a la BBC Lina Khatib, experta en Medio Oriente del centro de estudios británicos Chatham House.
"Si continuamos esperando sentados este conflicto va a crecer y nos golpeará sin siquiera darnos cuenta", añadió.
Desde que la guerra civil en Siria comenzó hace siete años, ha habido interferencia de poderes extranjeros, pero los expertos temen que esto cambie a una acción más directa y comprometida en el terreno.
En los últimos días, tres participantes involucrados en el conflicto han lanzado advertencias desafiantes: Washington, Moscú y Teherán.
En un momento en el que una solución diplomática parece distante, ¿cuáles son los escenarios en los que la guerra siria podría agravarse?
ESTADOS UNIDOS VERSUS RUSIA
El conflicto sirio ha reavivado las tensiones de la Guerra Fría entre Washington y Moscú.
"Estos grandes poderes están siendo liderados por verdaderos nacionalistas y por supuesto eso dificulta que un país determinado retroceda en una crisis", le dijo a la BBC Shashank Joshi, analista del centro británico Royal United Services Institute (RUSI, por sus siglas en inglés).
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, atacó el domingo públicamente a su par ruso, Vladimir Putin, al criticar su apoyo al presidente sirio Bashar al Asad.
La acusación llegó tras un aparente ataque con armas químicas en la ciudad siria de Douma, controlada por los rebeldes.
Desde entonces, Trump ha amenazado con emprender acciones militares contra el régimen sirio, y en Twitter expresó que Rusia debe "prepararse" para los misiles que serán lanzados en Siria.
El apoyo de Moscú a Al Asad incluye el despliegue de tropas rusas a bases militares sirias.
Putin respondió advirtiendo contra "especulaciones y provocaciones inaceptables" y hablando de "repercusiones graves" si llega a haber una acción militar estadounidense.
Estados Unidos ya ha infligido bajas rusas en el marco del conflicto sirio.
El pasado febrero hubo reportes de decenas de muertos rusos tras ataques lanzados por EE.UU. en la provincia siria de Deir al Zour.
Pero el gobierno ruso dijo entonces que no se trataba de tropas regulares, y describió a las víctimas como ciudadanos rusos "que llegaron a Siria por su propia voluntad".
El Ministerio de Defensa ruso estima que 44 miembros de su ejército han muerto en Siria desde que este país entró en el conflicto en 2015.
En materia geopolítica, Siria importa mucho para ambos bandos.
Para Moscú, el territorio sirio supone un puente hacia el Mediterráneo.
Aunque también existe la percepción de que el respaldo a Al Asad en un momento crítico de la guerra civil siria fue una afirmación del poder ruso en Medio Oriente, una región generalmente considerada bajo la influencia estadounidense.
Washington, por otro lado, apoyó inicialmente a los grupos opositores sirios y más tarde enfocó la lucha en contra del autoproclamado Estado Islámico.
Bajo el gobierno de Trump, el foco se ha desviado nuevamente a intentar contener la influencia de Irán en la región.
"Irán ha fortalecido dramáticamente su presencia en Siria al desplegar tropas de la Guardia Revolucionaria, que apoyan a Hezbolá en Líbano e importan fuerzas de terceros desde Irak, Afganistán, Pakistán y otros lugares", dijo en enero el entonces secretario de Estado de EE.UU., Rex Tillerson.
Irán apoya el gobierno de Al Asad y les ha provisto de tropas. También apoya a otro "ejército indirecto", la milicia chiíta libanesa de Hezbolá.
Israel, pese a haber atacado numerosos blancos militares en Siria, no ha admitido públicamente tener un rol en el conflicto.
Sin embargo, las tensiones entre Teherán y Jerusalén aumentaron en febrero luego de que Israel interceptara un dron iraní que incursionó en su espacio aéreo.
Las fuerzas aéreas sirias respondieron con una incursión a gran escala contra posiciones iraníes y sirias, de lo que resultó el derribo de un caza F-16 israelí.
Se cree que era la primera vez que Israel perdía un avión de combate en acción desde la guerra contra Líbano en 1982.
Israel e Irán están más cerca de la confrontación que en cualquier otro momento desde el conflicto en 2006 entre Israel y Hezbolá.
Ambas partes han enviado fuertes advertencias sobre el papel que cada uno juega en Siria.
El pasado mes de noviembre, durante un discurso en Londres, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo que su país "no permitiría que Irán dominase en Siria".
"Quieren dejar su ejército, sus bases aéreas y sus aviones de combate a segundos de Israel y no vamos a permitir que eso pase".
La semana pasada, un clérigo iraní de alto rango, el ayatolá Ahmad Khatami, dijo que Hezbolá podía destruir ciudades israelíes.
Irán necesita que Siria transporte armas a Hezbolá en Líbano y que lo apoye en su lucha contra Israel.
Siria, además, es visto por Irán como un aliado en la lucha no solo contra Israel, sino contra el rival regional más grande de Teherán: Arabia Saudita.
ESTADOS UNIDOS VERSUS TURQUÍA
La participación de Estados Unidos en Siria puso a Washington en una posición dificultosa con uno de sus principales aliados en Medio Oriente: Turquía, miembro de la OTAN.
Aunque hay reportes de la presencia de unos 2.000 efectivos de EE.UU. en Siria, el principal aporte de ese país hasta ahora han sido miles de ataques aéreos y el entrenamiento y equipamiento de un número de grupos rebeldes.
Entre ellos, las milicias kurdas.
El apoyo de EE.UU. a los kurdos disgusta enormemente a Turquía, que por décadas se ha enfrentado al separatismo kurdo, incluyendo insurgencias armadas que han causado más de 40.000 muertes.
Así fue que el anuncio de Washington en enero de que ayudaría a establecer una fuerza fronteriza en el noreste de Siria, principalmente conformada por combatientes kurdos, llevó al lanzamiento de una ofensiva militar por parte de Ankara
Esto ha hecho dos aliados en la OTAN estén en lados opuestos de una guerra de poder.
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