El próximo 5 de abril se va a cumplir un año del primer misterioso suceso.
Según los registros de la familia Frías-Mendoza, propietaria de la imagen, la Virgen Rosa Mística derramó lágrimas que parecen a veces sangre y otras veces son cristalinas, en 26 oportunidades.
El tan extraño como llamativo suceso sigue causando conmoción en esta ciudad del sur provincial y fue noticia nacional.
Es que de una pequeña imagen de yeso, de unos cincuenta centímetros de altura, brota un líquido de la zona de sus ojos que le tiñe todo el rostro.
La familia propietaria, que descubrió el misterioso hecho cuando la Virgen lloró por primera vez, el 5 de abril del año pasado, residía en una vivienda ubicada en el barrio Marco Avellaneda de Metán.
Ahora se trasladaron a la calle San Lorenzo (Este) a la altura del 522, en inmediaciones del barrio Granadero Díaz, donde anhelan construir una capilla para los devotos de la Virgen.
“Tenemos todo registrado”
“La virgencita va llorando 26 veces. Nosotros tenemos todo registrado de estos hechos que cambiaron nuestra vida para siempre”, dijo Rosana Mendoza, dueña de casa.
La mujer, junto a su esposo, Antonio Mateo Frías, un empleado municipal, todavía se siguen asombrando por los sucesos y por los testimonio de milagros y sanaciones sin explicación científica de los que llegan a visitarla para pedirle favores y dar gracias.
El living de la humilde casa se convirtió en una especie de santuario que se agranda cada vez más, donde hay gran cantidad de velas, flores, fotos y decenas de ofrendas.
La imagen está ahora protegida por un cofre transparente para que no se dañe y tiene el rostro cubierto por las manchas rojizas de lo que parecen sus lágrimas.
La vivienda sigue siendo visitada por personas de la ciudad, de distintas localidades de Salta, de otras provincias del país y hasta del exterior.
El pasado 13 de febrero en el Día de la Virgen Rosa Mística, hubo festejos y oraciones. También la llevaron en procesión hasta la cuasi parroquia de Fátima donde los devotos participaron de una misa.
Además, todos los días se reza el rosario en la casa de la familia Frías-Mendoza.
“La Virgen lloró por última vez el jueves de la semana pasada, a las 10.15 de la mañana. Una multitud de vecinos llegaron hasta nuestra casa a pasar el día, con mucho respeto, en el Día de la virgencita. Fue una festividad muy grande, hubo una procesión y participamos de la misa”, dijo Mendoza con humildad.