Rompo toda maldición de pobreza, carencia, duda y fracaso en el nombre de Jesús.
Busco primero el Reino de Dios y su justicia y todo lo demás vendrá por añadidura.
Señor, enséñame a sacar provecho y a encaminarme por el camino que debo ir.
Tú eres mi proveedor.
Eres el Señor que da más que suficiente.
Hay bienes y riquezas en mi casa porque te temo y me deleito en gran manera en tus mandamientos.
La bendición del Señor sobre mi vida me hace rico.
Soy bendecido en mi entrada y mi salida.
Soy siervo de Dios y Él se complace en mi prosperidad. Jesús, tú te hiciste pobre para que por medio de tu pobreza yo pudiera ser prosperado.
Medito en la palabra de día y de noche, para que lo que sea que haga prospere.
Sea la paz dentro de mi palacio.
Doy y se me dará en medida buena, apretada, remecida y rebosando.
Abre las ventanas del cielo sobre mi vida y recibiré más de lo que puedo almacenar.
Que tus lluvias de bendición caigan sobre mi vida.
Que abunde en mí toda gracia, a fin de que tenga siempre en todas las cosas todo lo suficiente, y abunde para toda buena obra.
Amo la sabiduría, tengo mi heredad y mis tesoros son llenados.