Oh Santo Niño Mueve Corazones,
Niño preciosísimo, mi buen Jesús,
descanso de todas las penas, auxilio en la adversidad,
Amor infinito que nos amas más de lo que podemos imaginar
perdona mis ofensas pasadas, mi dejadez,
y escucha benigno las plegarias que te dirijo sinceramente,
derrama tu poder, tu misericordia y gracia,
y por intercesión de tu Madre, la Virgen Purísima,
concédeme el remedio de los males que me aquejan.
Santo Niño amabilísimo y adorable,
no atiendas a mis innumerables faltas
sino al abismo de tu infinita caridad,
sostenme fuertemente y no me sueltes,
ten compasión de mi y no te alejes,
bendíceme y no permitas que me pierda.
Tierno y Sagrado Niño,
que tantos y tantos milagros obras,
con humildad y confianza me acerco a ti
y me postro ante tu Sagrada y bellísima Imagen
a suplicarte que ejerzas la dulzura de tu amor y me ilumines,
dame seguridad, cuídame y presérvame de todo mal.
Jesús, hijo de David,
que con agrado nos muestras tu sonrisa,
y con tus manitas sostienes y cuidas los corazones
de quienes nos dirigimos a Ti con fe y amor
solicitando nos otorgues consuelo, paz y alegría,
a Ti que nos brindas tu amorosa protección
cuando nos sentimos apenados y doloridos
y necesitamos urgente ayuda en nuestras aflicciones,
quiero pedirte entres en mi vida y alivies mis cargas,
derrama tus abundantes y divinas gracias
y obra un milagro nuevo en mi vida, en mis preocupaciones,
y concédeme solución en este problema
que si imposible para mí, es para Ti fácil
y que yo en mis debilidad solo no puedo resolver:
(pedir con inmensa fe lo que se quiere obtener)
Niño Jesús Mueve Corazones, refugio seguro,
que con tu divina carita nunca copiada por nadie
nos miras amoroso con ojos de clemencia,
no dejes de darme tu comprensión y asistencia,
yo espero hallar en el seno infinito de tu misericordia
remedio para las penas que abruman y entristecen mi corazón
y para las dificultades y necesidades que me ahogan.
Mi bendito Niño que mueves los corazones
y nos brindas tu protección y nos preservas de todo mal,
llena mi vida de dicha y felicidad,
haz que encuentre la paz y la tranquilidad que tanto ansío
e infunde a mi alma el valor de luchar
y la fortaleza y la sabiduría necesaria
para contrarrestar las tempestades de la vida.
Santo Niñito, divino Infante amado mío,
ayúdame para que siga caminando de día en día
por caminos rectos y seguros hasta llegar hacia Ti,
y lléname con la largueza de tu amor
para que yo también con generosidad de sentimientos
sepa amar y ayudar a mis hermanos los hombres.
Así sea.
Rezar el Credo, Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
La oración y los rezos se hacen con muchísima fe y esperanza
por nueve días seguidos.
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