¿Qué piensa la ciencia de las Experiencias Cercanas a la Muerte (ECM)? ¿Prueban las Experiencias Fuera del Cuerpo (EFC) que hay vida después de la vida? La revista 'The Atlantic Magazine' trata de abordar estas y otras cuestiones desde el ámbito de la ciencia.
Muchas personas que superaron esa experiencia cuentan que recuerdan haber sentido volar, encontrarse con seres espirituales, ver su cuerpo desde arriba, revivir momentos de su vida y hallar un mundo que está lleno de amor divino.
Algunos científicos intentan relacionar estas experiencias cercanas a la muerte con los cambios físicos que se producen en un cerebro que está muriendo. Entre las razones posibles, mencionan la falta de oxígeno, la mala calidad de la anestesia y las reacciones neuroquímicas a un trauma.
Uno de los primeros doctores que empezaron a estudiar estas experiencias fue Bruce Greyson. Para ello, elaboró un cuestionario con 16 preguntas para que las personas que tuvieron experiencias similares puntuaran las sensasiones y percepciones que vivieron. La magnitud de cada apartado se evalúa de 0 a 2 puntos —hasta un máximo de 32— y las experiencias que obtienen siete puntos o más se clasifican como cercanas a la muerte. Un estudio indica que la nota media de las personas que aseguran haber vivido esos momentos es 15.
El último estudio a gran escala lo ha elaborado Sam Parnia, de la Universidad Stony Brook —que pertenece a la Universidad Estatal de Nueva York (EE.UU.)— y cuyos resultados fueron publicados en la revista 'Resuscitation' en octubre de 2014. En cuatro años los investigadores vivieron 2.060 casos de paro cardíaco, en los cuales sobrevivieron 330 pacientes; de ellos, solo dos personas experimentaron percepción visual y una de ellas habló con los científicos.
Se trató de un hombre de 57 años, quien afirmó que se encontró en el rincón de la habitación y observó cómo trataron de salvarlo con desfibriladores. Según Parnia, algunos testigos confirmaron ciertos detalles y, tras analizar los aparatos que emplearon, los investigadores concluyeron que esta persona pudo ver los acontecimientos que tuvieron lugar tres minutos después de sufrir el paro cardiaco.
Si esta historia es real, los datos son muy importantes y lo más probable es que el cerebro del paciente estuviera completamente 'apagado' cuando experimento la salida de su propio cuerpo.
La falta de oxígeno, consecuencia del paro cardíaco, puede conducir a un estado de desorientación o confusión; incluso, a sufrir alucinaciones. Un error en el nodo temporoparietal, que actúa como un integrador de los datos recibidos por todos los sentidos y los órganos, puede generar una experiencia de separación del cuerpo. Además, se cree que un exceso de dióxido de carbono puede causar esta sensación de desprendimiento del propio cuerpo o la sensación de estar en un túnel. Los neuroquímicos también pueden estar involucrados en el origen de las alucinaciones o de la sensación de calma.