Esta historia fue publicada recientemente en Facebook. No tengo palabras. Amigos, como ya les he contado, Mhoni Vidente se crió con su abuelita, así que esto me llegó al corazón...
“Desde hace un tiempo un miembro de la congregación me trae una rosa para colocarla en el ojal de mi traje cada domingo por la mañana. Como siempre me traen una, no pensaba mucho en ello. Era un lindo gesto que yo apreciaba pero se convirtió en una rutina. Sin embargo, un domingo este gesto se convirtió en algo muy especial.
Cuando me iba de misa, un joven se me acercó y me dijo: “Señor, ¿qué va a hacer con su flor?”
Al principio no supe de qué me hablaba, pero luego lo comprendí. “¿Te refieres a esto?” le dije mientras señalaba la rosa de mi ojal.
“Sí, señor. Me gustaría quedármela si la va a tirar”- me dijo. Entonces le sonreí y le dije que por supuesto se la daba, y le pregunté por curiosidad para qué la quería.
El niño, que no tendría más de 10 años, me miró y me dijo: “Señor, se la voy a dar a mi abuelita. Mis padres se divorciaron el año pasado. Yo vivía con mi madre, pero cuando se volvió a casar, quiso que me fuera a vivir con mi padre. Durante un tiempo viví con él pero luego dijo que no podía quedarme, así que me mandó con mi abuela. Ella es tan buena conmigo, me cocina y me cuida. Es tan buena conmigo que quiero darle esa rosa por quererme”.
Cuando el niño terminó de hablar, yo me había quedado sin habla. Los ojos se me llenaron de lágrimas; me había llegado al corazón. Entonces me saqué la rosa y dándosela, le dije: “Hijo, eso es lo más bonito que me han dicho nunca, pero no te puedo dar esta rosa porque no es suficiente. Si miras al púlpito, verás un gran ramo de flores. Las familias las compran para la iglesia cada semana. Llévales esas flores a tu abuelita porque se merece lo mejor”.
Por si no fuera suficiente, su último comentario me dejó más conmovido si cabe: “Qué día tan maravilloso. Pedí una flor y me dieron un precioso ramo”.
Este niño está agradecido por algo que muchas personas dan por hecho: el amor y la familia. Normalmente esto lo dan los padres pero aunque a él lo abandonaron, aún cree en la bondad del ser humano. ¿Cómo pudieron estos padres ser tan crueles? Pero gracias a su abuela, este niño vive ahora feliz. Su relación es, sin duda, muy especial. Comparte esta conmovedora historia con tus seres queridos.