“Yo soy” es la palabra con la que Jesús se identificaba; la palabra “Yo soy” es el principio de todo, es el verbo de Dios.
Voy a explicarte para que entiendas lo que ocurre cada vez que pronuncias la palabra “Yo soy” y la palabra “No soy”.
Cuando tú pronuncias la palabra “Yo soy” y lo sientes de corazón, se abren las puertas de la fuente de la vida eterna para que su caudal de luz inunde tu vida.Te conectas automáticamente con la fuente creadora que es Dios.
Cuando tú pronuncias la palabra "No soy" estás cerrando las puertas del caudal de luz que emana del padre. “Yo soy” es la plena actividad de Dios en acción. Hay que comprender que la primera expresión de todo ser humano en cualquier parte del universo, bien puede ser en el pensamiento, en la palabra, o en la obra… es ” Yo soy”, y así, reconoce su propia identidad.
Hay que mantener unas sencillas leyes sobre el pensamiento y sobre nuestro propio lenguaje, ya que cada vez que uno dice o piensa NO SOY – NO TENGO – NO PUEDO… está deteniendo el flujo de luz divina de la amada presencia de Dios, el flujo de la amada presencia interior, puede ser de forma consciente o inconsciente, pero tangible.
Este freno que nosotros ponemos a esa energía divina continuará en nuestra vida hasta que nosotros aprendamos a pensar y a transmutar esas energías. Con esto aprenderás el enorme poder que tienes y el libre albedrío para determinar la forma en la que tu quieres que actúe la energía del padre (su ayuda) en ti.
Si utilizas en tu vocabulario la palabras YO NO PUEDO – YO NO TENGO – automáticamente esa energía dejará de llegar o quedará bloqueada; puedes probar a ver qué es de lo que careces en tu vida y comprobar que esa carencia viene porque te asignas la palabra NO TENGO – NO PUEDO- por ejemplo… no puedo comprar una casa mejor porque NO TENGO DINERO…¡¡¡ya pronunciaste la palabra prohibida!!!!.
Jesús nos dijo… pide y se te dará!!!.
Ya conoces el nombre de Dios en ti, el “Yo soy” es el principio del verbo en cualquier idioma.
“Yo soy” es la presencia de Dios en ti y en cada uno de nosotros. Cada vez que tu te niegas a ti mismo algo con las palabras… NO TENGO – NO PUEDO- no solo estás limitando esa corriente de luz… amor, abundancia, prosperidad, salud…, etc. que es Dios, sino que a su vez estás negando esa presencia de Dios en ti, porque no puede manifestarse en ti como con toda su magnitud.
Recuerda siempre que al pronunciar la palabra “Yo soy” significa Dios en ti, Dios en acción.
¿Piensas acaso que Dios nos tiene reservado a nosotros una vida de limitaciones y tristezas?…rotundamente NO. ¿Acaso un padre deja sin alimentos a sus hijos?… ¿lo dejaría en la calle sin un techo que lo cobije? Independientemente del karma y de cada lección que tengamos que aprender, cada uno de nosotros tenemos el libre albedrío de construir nuestra vida, podemos mejorar mediante nuestra expresión, pensamiento, palabra y obra… todo aquello que queramos mejorar en nuestras vidas.
Cada uno tenemos la obligación y la responsabilidad de darle buen uso a la energía que Dios nos manda en su infinita misericordia.
Yo te invito a que sigas esta maravillosa enseñanza que nos legó Jesús, te invito a pensar qué uso le darás de ahora en adelante a tus pensamientos y a tus palabras; cada vez que te veas en la necesidad de decir NO PUEDO – NO TENGO. Piensa durante unos segundos si tu madre o tu padre aquí en la tierra, te viera necesitado de algo y él te lo pudiera regalar… ¡por supuesto que lo harían! seguramente recogerías un regalo de tu padre o tu madre…piénsalo, permite a Dios que te ayude y deja de alejarlo cada vez que pones el freno con la palabra “NO” delante de esa corriente de vida que es Su Luz.
Como padre, él solo desea que estemos lo mejor posible para poder ver cumplido con satisfacción nuestro plan divino; le podremos pedir mil veces pero, si no cambian los patrones de conductas en la mente de todos los humanos, jamás lograremos ver la plenitud y la grandeza de Dios.
Recuerda las enseñanzas…YO SOY EL QUE SOY. Él lo era todo, era uno con Dios, era Dios en acción, él era todo lo que tú y yo somos; esa corriente de vida que todos tenemos en nuestros corazones.