El cambio en pequeñas monedas que te dan cuando compras algo, y que normalmente solemos odiar porque hace que nuestro bolsillo se llene de chatarra, puede ser más valioso de lo que piensas y hacer que el dinero llame a tu puerta.
RITUAL.
Así que toma algunas de esas monedas – con sumar entre todas ellas unos 50 centavos es suficiente – y espárcelas por el suelo de tu casa. Debe ser un lugar en el que tu perro no pueda tomarlas y comérselas, o un invitado tuyo las vea y diga “¡hey, he encontrados unos centavos!” y se las quede.
Pero tampoco puede ser en un sitio como bajo una alfombra o bajo un mueble; deben estar en un espacio abierto. Las mías por ejemplo las tengo bajo el escritorio de mi computadora, en el espacio donde meto mis piernas cuando me siento a teclear. Cuando vayas colocando las monedas, dí en voz bien alta:
El dinero en el suelo trae dinero a mi puerta
Repite esto con cada moneda que vayas poniendo, y cuando finalices, repite esta frase un par de veces más para que funcione mejor este ritual de dinero rápido. Deja las monedas allí y ¡listo!
