Hay hogares o ambientes de trabajo en los que uno percibe una energía acogedora. Y otros en los que el ambiente resulta tenso, apagado, expulsivo… ¡Con poca o mala “vibra”!
Los espacios se vuelven “síntoma” de la energía de quienes los habitan y less explico cómo detectar “malas ondas”. Aquí, algunos tips para renovar la energía y pacificar tu hogar.
HAY ESPACIOS DONDE LA ENERGÍA NO CONTRIBUYE A LA BUENA ONDA, LA ARMONÍA Y EL BIENESTAR. ALLÍ, LA “LIMPIEZA DE HOGAR” SE VUELVE UNA GRAN ALTERNATIVA
¿Qué es una limpieza de hogar?
Consiste en trabajar a nivel energético con la purificación de un espacio, transmutando la energía del mismo, es decir, elevando su vibración.
Uno limpia de manera diaria su casa para que se mantenga bien y se vea linda. Lo mismo se hace a nivel energético. La pequeña diferencia entre una limpieza física y una energética es que uno empieza a tomar conciencia de que un espacio (una casa, un negocio, etc.) es un ser vivo, igual que una persona, una planta o un animal, entonces trabajar con esas energías implica proporcionarle bienestar a ese espacio y a las personas que lo habitan.
Es importante destacar que cualquier inconveniente físico en un espacio (rotura de caños, problemas en las redes eléctricas, etc.) siempre comienza con un desequilibrio energético de los habitantes, luego del lugar y finalmente se manifiesta en un síntoma.
El hogar como síntoma de sus habitantes, como símbolo de un desequilibrio energético que quienes viven en él… ¡Es osado!
Podemos decir que esos síntomas manifiestan los planos o vehículos a nivelar (emocional, mental, etc.). Al lugar hay que interpretarlo como un ser vivo, percibir qué energías habitan en él e imprimir en su memoria todo aquello que produzca armonía, alegría y bienestar.
Muchas veces la gente llega a un lugar y dice “qué lindo” y en realidad lo que están percibiendo, es algo más que lo lindo, perciben una energía acogedora.
¿De qué lo limpiamos? ¿Qué buscamos que se vaya o desaparezca? ¿Cuál es la “suciedad” a limpiar?
Es importante comenzar a cambiar el concepto de generar que algo se vaya o desaparezca, por el de “elevar la vibración”. Así es como comenzamos a transmutar, es decir, a llevar a positivo aquello que se polarizó en negativo.
En un lugar hay -como en todo el Universo- energía a disposición que es neutra. Nosotros la utilizamos y, al hacerlo, la calificamos. Si calificamos negativamente dicha energía (por ejemplo, en un berrinche o en un día de angustia) con sólo airear el lugar, limpiarlo físicamente, prender un incienso, podremos removerla. Pero si esto ocurre a diario, esa energía mal calificada se transformará en una impresión.
¿Quién realiza una “limpieza de hogar” y cómo se hace?
Una limpieza energética puede realizarla tanto una persona que se dedica a ello (y que lo hará muy bien), como también el dueño de casa o quien forma parte de la oficina, es decir ¡cualquiera de nosotros! Lo que se necesita en este último caso es que la persona se conecte con el espacio, con el lugar. Por eso, en los talleres de limpieza explicamos que el primer paso para limpiar un lugar es conectarse emocionalmente, sentimentalmente, con la casa. Yo le hablo a mi casa, me despido de ella cada vez que me voy, le pido a los ángeles que la cuiden y que permanezcan allí en mi ausencia realizando el trabajo de armonización que necesite. La saludo cuando llego y trato de estar en la mayor conexión posible con ella todo el tiempo.
Aprender y comprender cómo realizar un trabajo energético en nombre de nuestro Yo Divino y no desde nuestra personalidad cambia absolutamente todo el enfoque del asunto y nos previene y protege de quedarnos con cualquier tipo de remanente energético. Así, permitimos que operen las energías superiores, quienes tienen una visión más integral de lo que el lugar necesita para el más Alto Bienestar, tanto del lugar como de los que allí lo habitan.
¿Cómo sabemos si nuestro hogar o un lugar necesita una limpieza? ¿Qué cosas podemos registrar?
Funciona de la misma manera que cuando entramos a casa que, por más que esté ordenada, sentimos que es hora de mover muebles y limpiar profundo. Así, una vez que empezamos a “percibir” nuestro espacio, sabemos si necesita un plus (un incienso, un aroma…).
Podemos sentirnos inquietos o cansados en un lugar determinado, o diferentes a como solíamos sentirnos. También podemos darnos cuenta de que por más que limpiemos y ordenemos la casa, se desordena con más rapidez que de costumbre…
¿Qué podemos hacer para mantener en nuestros espacios buena energía? ¿Algunos tips?
Cuando se hace una limpieza profunda, recomendamos mover muebles, por lo menos un rato. Esto colabora en romper los campos magnéticos y hace circular la energía que se estanca. Aunque sean mínimos movimientos de muebles, como correr un sillón y alejarlo de la pared por un día, eso ya produce una circulación diferente de energía, tanto para la persona como para el espacio.
Si no tenemos la posibilidad de contar con productos específicos (pastas alquímicas o lociones de alta vibración), podemos conseguir un poco de incienso y sahumar la casa.
Además, las personas iniciadas en reiki pueden poner símbolos en el lugar a tratar, de modo que la energía transmute. Y, aunque nos parezca muy básico, una buena limpieza física, utilizando productos como cera en los muebles, que produce gran descarga, y lavandina en baño y cocina -que elimina miasmas energéticos-, podremos remover grandes cantidades de energía mal calificada.
Tener una habitación aireada y extremadamente ordenada nos asegura una reparación nocturna óptima. No olvidemos que el momento en que dormimos es el lapso de mayor entrega. Cuidar nuestra habitación como un templo nos garantiza que las energías armónicas y protectoras lo habiten y son estas energías las que asistirán también a nuestro buen dormir.