Dicen que la cara es el espejo del alma y, ciertamente, el primer contacto visual con otra persona es el que nos ofrece los datos iniciales acerca de su personalidad. Esa rápida impresión provoca actitudes tan definidas como atracción, repulsión o, simplemente, indiferencia. Son las características de la fisonomía, cuya ciencia, la Fisiognomía, desentraña.
Ya desde la antigüedad se observaron las diversas estructuras corporales que permitían reconocer ciertos caracteres definidos, así como predisposiciones a determinadas enfermedades mentales (lo que los médicos llaman temperamento). En cada rasgo físico puede hallarse una indicación del carácter, del mismo modo que cada indicación del carácter se refleja en los rasgos de la cara, en la forma de las manos, o en la escritura.
Con el estudio de las tres ciencias, Fisiognomía, o el estudio del rostro y del cuerpo; Quirología, o estudio de las manos, y Grafología o estudio de la escritura, se puede llegar a diagnosticar el carácter del individuo. Aquí nos centraremos exclusivamente en la morfopsicología de la frente, de la nariz, de los ojos y la boca.
Formas de la frente, vista de cara.
Ovalada: si la frente posee una forma ovalada, ello indica que se trata de un ser soñador, imaginativo, que raras veces se detiene en lo concreto; aunque este individuo se nos presente como un artista dotado de inspiración, como un poeta, su producción es escasa y obra guiándose por la intuición. Ama la independencia y es incapaz de someterse a cualquier disciplina.
Cuadrada: el individuo dotado de tal frente es un ser armonioso, juicioso, calculador y reflexivo, orientado hacia el lado práctico y positivo de las cosas. De él no podemos decir que dé rienda suelta a su imaginación y sueñe quimeras. Su carácter es duro y severo, pero demuestra poseer gran sentido del deber.
Trapezoidal (ancha en la parte superior): esta frente suele mostrar sienes abultadas; revela al artista que posee una imaginación creadora, aunque sus ideas pueden ser confusas. Si las sienes se presentan deprimidas denotan un ser con un espíritu sintético muy estrecho. Otras veces, la frente ancha y abultada en su parte superior denota un ser dotado de una tremenda mordacidad, con la que pone en ridículo a los demás.
Trapezoidal (ancha en la parte inferior): esta forma de frente nos presenta un individuo poseedor de gran habilidad manual: puede ser un técnico preciso y un fontanero mañoso. No carece de iniciativa y es un agudo observador; posee asimismo buena memoria.
La nariz es de gran importancia en el estudio de la fisiognomía. Se podrá efectuar con bastante exactitud el estudio psicológico de un sujeto basándose sólo en la nariz. El estudio de la nariz es también interesante por hallarse situada sobre las tres regiones de la zona afectiva.
La nariz estrictamente correcta debe tener una altura igual a la de la frente, con una ligera depresión en la raíz. Vista de perfil debe representar el tercio de su longitud. Como tal, se nos presenta de dos formas:
La cóncava (o sea elevada o en trompeta) y la convexa (aguileña). Los sujetos que poseen una nariz cóncava son considerados tranquilos y sentimentales. Los que tienen una nariz convexa, se tienen al contrario por tipos nerviosos y espontáneos.
Nariz larga: la nariz larga denota un individuo con pasiones serenas, con predisposición, a veces, a la esquizofrenia, pero con una vida interior muy intensa. El sujeto poseedor de nariz larga puede desempeñar trabajos que necesitan reflexión, paciencia y perseverancia.
Nariz demasiado gruesa: denota una personalidad inclinada al egoísmo, bien en la forma sexual o en sus afectos.
Nariz pequeña: esta nariz pertenece a una persona impulsiva, impaciente, colérica, con frecuencia caprichosa. Es un ser que no analiza demasiado sus impresiones.
Nariz convexa: esta forma de nariz pertenece al ser activo, ambicioso, apasionado
LOS OJOS.
Los ojos se hallan situados en la división ternaria de la cara, en la región ideal de la zona afectiva; por ello podemos deducir que son importantes las indicaciones que nos dan sobre el valor de estas cualidades.
Los ojos que están situados normalmente deben presentar entre sí una separación de 31 milímetros.
Ojos de separación superior a lo normal: indica aptitud para reconocer sin esfuerzo las fisonomías, así como para estudiar las cosas concretas; optimismo debido a la satisfacción de representarse con facilidad al mundo exterior, teniendo la sensación de dominarlo.
Ojos de separación inferior a lo normal: esta posición de los ojos indica pesimismo, tristeza e inestabilidad.
Ojos saltones: indican una mente tardía en elaborar pensamientos, buena memoria para las fechas y los hechos. Si, al mismo tiempo, la conjuntiva muestra pequeños granitos de grasa, ello indica cierta debilidad intelectual y dudas morales.
Ojos hundidos: indican una disminución de la vitalidad. Suelen presentarse en el tipo nervioso, siempre alerta para su defensa, indican voluntad y tozudez, introvertido, acostumbrará ser un tipo silencioso, taciturno y melancólico. Las penalidades suelen hundir los ojos.
Ojos grandes: los ojos que están bien abiertos y son armoniosos indican una propensión hacia la espiritualidad elevada, una naturaleza positiva, soñadora, poética, dada a pasiones ideales y abstractas.
Ojos demasiado grandes: indican exaltación del espíritu, así como temor intenso.
Ojos pequeños: estos ojos indican un espíritu constructivo, una naturaleza activa y emprendedora, voluntad e inquietud intelectual.
LÍNEA DE LA BOCA:
Línea recta: si la boca está bien dibujada, es indicio de equilibrio.
Línea con las comisuras bajas: indica pugnas entre la espiritualidad y los instintos, así como amargura y tristeza.
Línea con las comisuras elevadas: anuncian alegría, buen humor, picardía, presunción y pedantería. Cuando la boca es un poco saliente, ello revela mal humor y del individuo que observa.
La boca carnosa y saliente: revela asimismo a los profesionales de la palabra que se hallan siempre dispuestos a hablar. El labio superior más grueso que el inferior es indicio de bondad, de dulzura, pero asimismo de inteligencia ilimitada, de donde deducimos que esta forma de labio es característica del temperamento linfático.
Si, al mismo tiempo, el borde del labio parece vuelto hacia atrás, podemos decir que el individuo será un sujeto ambicioso, amante de la popularidad.
Si el labio inferior es más grueso que el superior y caído, indica disminución de la vitalidad, bondad, sensualidad.
Los labios entreabiertos: revelan un carácter poco combativo.
Los labios gruesos: denotan la materialidad del instinto sexual; los apetitos gobiernan al espíritu. Carencia de moralidad. Cuando la boca está hacia dentro, puede ser indicio de astucia y de envidia.
Los labios cerrados: afectación, vanidad. Si los labios están apretados y crispados, revelan un carácter muy enérgico, duro.
Los labios blandos: denotan debilidad. Cuando apenas se distinguen las comisuras, es señal de orden y sangre fría.
Los labios mordisqueados: denotan un carácter angustiado, inquieto.
Estas son algunas de las características y sus significados, que cualquiera puede evaluar con la simple observación, aunque la complejidad del ser humano seguirá siendo siempre un misterio.