Señor Jesús, me presento ante Ti, tal cual soy, te pido perdón por mis pecados, me arrepiento de ellos. Por favor perdóname. Perdona a todos los que te han ofendido, renuncio a Satanás, a los espíritus maléficos y a todas sus obras; me entrego por completo a Ti con todo mi ser.
Señor Jesús: ahora y siempre te invito a entrar en mi vida, te acepto como mi Señor Dios y Salvador, cúrame, cámbiame, fortaléceme en cuerpo, alma y espíritu. Ven Señor Jesús, cúbreme con tu preciosa sangre y lléname de Espíritu Santo.
Brazo poderoso de mi Jesús: ante Ti vengo con la fe de mi alma a buscar tu consuelo en mi difícil situación.
No me desampares Buen Jesús, que las puertas que se han de abrir en mi camino sea Tu brazo poderoso el que me las abra o cierre según tus designios, para darme la tranquilidad que tanto ansío
(Aquí se piden tres cosas difíciles que se deseen obtener).
(Se rezan tres Padrenuestros)
Dígnate Señor Mío recibir estas súplicas que te hace mi corazón afligido por los duros golpes que han vencido en la lucha humana; si Tú Padre Divino no intervienes en mi favor, sucumbiré por falta de ayuda.
Brazo poderoso de Jesús: ayúdame, ampárame y asísteme. Concédeme la Patria Celestial.
Te amo Señor Jesús, te alabo Señor Jesús y te doy gracias. Te seguiré cada día de mi vida. Amén.
Recibe esta oración fielmente, no importa como te sientas cuando llegue la convicción de que sinceramente admites cada palabra con todo tu corazón, algo espiritualmente hermoso te sucederá.
Experimentarás a Jesús y Él cambiará tu vida por completo de una manera especial. Tú lo comprobarás.
(Esta oración se debe rezar durante quince días).