Muchas veces, vivimos determinados episodios que nos generan un cambio anímico, como por ejemplo las hormonas revolucionadas por el ciclo menstrual, alguna pelea con un amigo, problemas con nuestra pareja o con nuestro trabajo, etc.
Este tipo de acontecimientos hacen que nuestros niveles de neurotransmisores bajen, tales como la serotonina o la noradrenalina, relacionados con síntomas depresivos.
A través de una alimentación consciente, podemos lograr subir estos niveles evitando caer en otras opciones nocivas y poco naturales, como medicamentos o drogas.
Nutrientes amigos de la felicidad:
Magnesio
El Magnesio es indispensable para combatir los estados depresivos, actuando como relajante muscular, disminuyendo la ansiedad y el insomnio.
Este mineral se encuentra formando complejos con la clorofila, pigmento de las plantas y hortalizas verdes. Los fruto secos, legumbres y cereales contienen magnesio en abundancia.
El triptofano es un aminoácido esencial y el encargado de regular el buen humor.
Se encuentra en la leche, el huevo, cereales integrales (amaranto, avena) y en la espirulina. También en frutas secas como la banana, ananá, ciruelas, palta y mango.
Omega 3
El Omega 3 es un ácido graso esencial que mejora la comunicación neuronal, optimizando la concentración de dopamina y serotonina, neurotransmisores que regulan el estado de ánimo, ayudando a mantener el equilibrio y evitando la depresión.
Es recomendable en el tratamiento de enfermedades psiquiátricas, como la esquizofrenia.
El Omega 3 se encuentra en el aceite de pescado, en el salmón, semillas de lino o de chía, aceite de canola y de soja, nueces, avellanas y almendras.
Vitamina B6
La Vitamina B6 interviene en la síntesis de la serotonina.
Sus alimentos fuentes son los cereales integrales, legumbres, frutas secas, semillas de girasol y carne de pollo.
Vitamina C
La Vitamina C es necesaria y fundamental para reforzar el sistema inmunológico.
La encontramos, principalmente, en el kiwi, tomate, morrón, naranja y limón. Consumiendo estos alimentos, también, podemos reducir los niveles de vanadio, uno de los minerales culpables de la depresión bipolar.