Dame, Dios mío, mano firme
y mirada vigilante para que a
mi paso no cause daño a nadie.
A ti, Señor, que das la vida y la conservas,
suplico humildemente guardes hoy la mía.
Libra, Señor a quienes me acompañan de todo mal,
incendio o accidente…
Enséñame a hacer uso de mis manos
para remedio de las necesidades ajenas.
Haz, en fin, Señor, que no me arrastre
el vértigo de la velocidad…
y que siga y termine felizmente mi camino.
Te lo pido Señor, por los méritos de tu
Santísimo Hijo Jesucristo,
y por la intercesión de la Virgen María.
Amén.
--Rezar 3 Padre Nuestro--