PODEROSA ORACIÓN A SAN MIGUEL ARCÁNGEL PARA LIMPIEZA Y BENDICIÓN DEL HOGAR.


San Miguel poderoso, el más próximo a Dios,
glorioso Arcángel que comandas los ejércitos celestiales, 
tú que eliminas las acechanzas del demonio y del mal
y eres el encargado de impartir la Justicia Divina.
pongo bajo tu defensa, protección y amparo mi casa,
 te consagro este recinto donde habito con mi familia,
 para que nos guardes y ayudes,
que nuestro matrimonio, nuestros hijos, nuestro hogar
estén en todo momento y situación bajo tu poderosa bendición. 

Yo, aunque indigno, me presento ante ti,
acompañado de mi Ángel custodio,
y en presencia de todos los Ángeles del Cielo,
para solicitar tu valiosa asistencia durante toda la vida.  

 San Miguel mensajero fiel de la suprema verdad,
ayúdanos con tu virtud y danos fe
para que nunca ofendamos a Dios en obras,
palabras o pensamientos.
San Miguel, gran príncipe del Cielo: ilumínanos con tu luz.
San Miguel guardián fiel: protégenos con tus alas.
San Miguel guerrero del Padre: defiéndenos con tu espada.

Tú que tienes un poder increíblemente efectivo y rápido,
y confiando en tu bondad, te pido
limpia nuestras personas y nuestra casa,  
destruye todas las energías negativas
que nos puedan estar afectando.

   San Miguel arcángel, príncipe de las milicias celestiales,
bendícenos con tu presencia en nuestro hogar,
que tu poderosa vigilancia nunca nos abandone,
prometemos honrarte y hacerte honrar,
del mismo modo te ofrecemos nuestra humilde gratitud
por el servicio que siempre nos das;
queremos ser desde hoy tus fieles devotos,
y ponemos todo lo que somos y tenemos
bajo tu poderosa defensa y protección:
líbranos de todo poder del maligno,  
ayúdanos contra los enemigos materiales o espirituales,
 visibles o invisibles, conscientes o inconscientes,
y expúlsalos de nuestro hogar,
aparta de nosotros las envidias, traiciones y maldades,
ayúdanos en los discusiones, conflictos y dificultades,
danos salud de cuerpo y alma
y concédenos la gracia de amar cada día más
a nuestro Dios y Señor por medio de la Santísima Virgen María. 

Amén. 

Rezar el Credo y la Salve.