Oh Santos Ángeles del Cielo,
poderosos Ángeles protectores,
benéficos Espíritus de Luz,
puros espejos de pureza y humildad,
vosotros que sois la ayuda del necesitado,
que dais consuelo en la desesperación
y luz en la oscuridad,
vosotros que sois defensa y escudo de poder
para detener y alejar al enemigo y el mal,
que sois fieles compañeros y amigos verdaderos,
y que con prudencia aconsejáis,
atended las suplicas que os hago en esta oración.
Espíritus prudentes y benéficos,
Santos mensajeros de Dios,
cuya misión es la de asistir a los hombres
y conducirlos por el buen camino,
sostenedme en las pruebas de esta vida,
dadme fuerzas para sufrirlas sin murmurar,
desviar de mi los malos pensamientos
y hacer que no conceda entrada
a ninguno de los malos espíritus
que intenten inducirme al mal.
Iluminad mi conciencia
para que pueda ver mis defectos,
separad de mis ojos el velo del orgullo
que podría impedirme verlos
y confesármelos a mí mismo.
que veláis más particularmente sobre mi
y vosotros Espíritus Angélicos Protectores
que tomáis interés por mí,
haced que me haga digno de vuestra benevolencia,
vosotros conocéis mis dificultades y necesidades
sabéis de mis problemas y preocupaciones,
y lo que hoy tanto me aflige y angustia,
por ello os ruego de corazón me deis auxilio
e intercedáis por mi ante Dios Padre Misericordioso.
Oh Santos Ángeles del Cielo,
llevadle mis suplicas y miserias
para que me conceda pronto remedio:
(pedir lo que se desea conseguir).
Ángeles del cielo, Espíritus Protectores,
mis queridos compañeros y guardianes,
dadme vuestra asistencia y ayuda
en lo que con humildad os pido
y conseguidme que bajo vuestra protección y guía
obtenga finalmente entrar en el palacio Glorioso de Dios
para toda la eternidad,
y así poder expresar mi gratitud hacia vosotros
y glorificar al Señor y la Virgen María.
Amén.
Rezar el Credo, la Salve y Gloria.
Encender una vela celeste.