El primer obstáculo con el que nos toparemos serán nuestros propios sentimientos de rencor y miedo a enfrentar las cosas. Entonces tenemos que llevar a cabo un ritual de liberación que saque la negatividad de nuestro espíritu y haga aflorar toda nuestra voluntad de cambio.
Para este ritual necesitamos dos velas blancas encendidas, dos pedazos de papel, un lapicero, una cinta o lazo rojo, un recipiente y un objeto que simbolice lo que buscamos dejar de lado. Por ejemplo, si ya no queremos fumar podemos usar un cigarro y si deseamos terminar las peleas de pareja, podemos recortar de un diario o revista la imagen de unos novios o esposos discutiendo.
Hay que empezar mirando fijamente al objeto símbolo de la liberación y, cual si fuera una persona, hablarle de lo que sentimos. Luego hay que escribir en uno de los papeles nuestro propósito de cambio previa frase “Me libero de…” o “Me deshago de…” y enrollarlo para que sea quemado por la llama de las velas, cayendo sus cenizas en el recipiente.
El siguiente paso es escribir en el otro pedazo de papel lo que queremos obtener al liberarnos (en vez de la adicción al cigarro y las peleas de pareja será gozar de buena salud y un amor tranquilo, respectivamente).
Después de poner nuestro deseo enrollaremos el papel con la cinta o el lazo rojo y visualizaremos nuestra vida con ese cambio. Finalmente hay que ubicar el pedazo de papel enrollado en un lugar visible de nuestra casa o dormitorio para que siempre nos recuerde nuestro propósito de cambio.
Para que el ritual sea más simbólico, antes de guardar el papel podemos ofrendar con las manos abiertas algo que represente nuestro anhelo de liberación, como una mariposa o pétalos de flores de diferentes colores.