Padre nuestro, que estás en los cielos.
Santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu reino.
Hágase tu voluntad así en la tierra, como en el cielo.
El pan nuestro de cada día, danos el de hoy, y perdona nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores.
Y no nos dejes caer en la tentación, más líbranos del maligno, amén.
Oh. Emmanuel, defiéndeme contra el enemigo maligno y contra todos mis enemigos, visibles e invisibles, y líbrame de todo mal.
Jesucristo ha venido con la paz, Dios hecho hombre, que pacientemente ha sufrido por nosotros.
Que Jesucristo, Rey generoso, esté siempre entre mis enemigos y yo, para defenderme.
Así sea. Jesucristo triunfa; Jesucristo reina; Jesucristo manda. Que Jesucristo me aleje de todo mal y me dé la Paz que ansió.
He aquí la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo.
Enemigos: huid ante su presencia.
El león de la tribu de Judá ha vencido; la raza de David ha sufrido. ¡Aleluya, aleluya, aleluya! Salvador del mundo: por tu preciosa sangre, socórrame; por tu Cruz bendita, guíame; por tu bondad infinita, protégeme: por tu poder supremo, sálvame.
Yo te lo ruego.
Dios mío, Agios Theos, Ischyros, Athanatos, Eleyson, Himas, Dios Santo, Dios fuerte, Dios misericordioso e inmortal, ten piedad de mí, de esta criatura tuya, se mí sosten, no me abandones, no desoigas mis plegarias, oh Dios de mi salvación, ven siempre en mi ayuda.
Así sea.
0 Comentarios