Estamos de camino hacia la Pascua. En el camino de nuestra vida hemos querido vivir esta Cuaresma acompañando a Jesús en su camino hacia Jerusalén, en su camino hacia la Pascua.
Hoy nos vamos a acercar de una manera especial al Dios, que nos quiere, que siempre nos perdona, que siempre nos espera… Vamos a saborear este amor y este perdón que nos regala. Agradecemos a Dios que siempre es compasivo, lleno de ternura y de amor hacia todos y desde el fondo de nuestro corazón, vamos a reconocer con sencillez nuestros fallos, queremos experimentar una vez más su acogida y su comprensión y así saldremos de esta oración contentos y agradecidos para seguir intentando vivir más al estilo de Jesús.
RECEMOS JUNTOS:
Yo sé que me quieres, Señor, porque eres bueno; porque tienes un corazón sensible.
Perdóname, límpiame del pecado y de mis caídas continuas, levántame.
Me siento pecador(a) ante ti, que eres santo; mi pecado está agarrado a mí.
Contra ti, contra ti sólo pequé, y tus ojos han visto con pena mi corazón manchado.
Padre, eres bueno, justo y recto y juzgas sin chantajes ni partidismos.
Lo siento, nací manchad@ por la culpa. Ya antes de nacer estuve envuelto en tinieblas.
Me miras y me amas, me amas como amigo: en el silencio, sin reproches, me abrazas y tu amor cambiará mi corazón.
Sé mi amigo y caminaré hacia la cumbre.
Devuélveme el gozo y la alegría, que los perdí, y toda mi vida saltará de fiesta.
Somos ya amigos, olvida el mal que hice, y ayúdame con tu amistad a renovarme.
Que nazca en mí un corazón puro y construye en mí una voluntad fuerte.
Quiero ver tu rostro alegre a mi lado y tu fuerza que me acompañe siempre.
Dame la alegría de la salvación y un corazón que se juegue todo por ti.
Diré a todos que tus caminos son formidables, y a los que pecan, sin conocerte, les diré lo bueno que tú eres.
Dame vida, pues amo el vivir, y con ella diré a las personas que todo es posible.
Abre mi corazón y mis labios hacia ti.
Ya sé que no andas con rodeos, que no quieres de mí palabras vacías.
Lo que pides es un corazón arrepentido.
Sé bueno conmigo y con todos y fortalece nuestras vidas indefensas.
Devuélvenos, te lo pedimos, el gozo y la alegría, y toda nuestra vida salte hoy de fiesta.
Somos amigos, olvida el mal que causamos, y ayúdanos con tu amistad a renovarnos.
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