De acuerdo al número que guía nuestra vida, tenemos una misión definida. Encontrarla nos hará sentirnos mejor, más plenos y realizados. Además, las profesiones que mejor le sientan a cada personalidad.
El número 1. A nivel espiritual, le corresponde aprender a tomar iniciativas, a ser “humilde y manso de corazón”; debe mejorar su creatividad, creer en sus proyectos y expresar cosas nuevas. Tiene que dejar de conformase con las cosas que ya están hechas, debe aprender a prescindir del facilísimo para comenzar a crear y desarrollar la originalidad. También, debe animarse a pasar de la inactividad a la acción constructiva, a crear nuevos puntos de partida y aprender a ser honrado.
En el plano profesional, se sugieren las carreras de dibujante, arquitecto, diseñador, editor, publicista, inventor, productor de cine o televisión, toda clase de actividades relacionadas con el mundo teatral, bailarín y cualquier trabajo creativo.
A nivel profesional, lo que se ajusta a ellos es todo lo que implique negociaciones, trabajo en equipo, que requiera cooperación y que sea guiado por un líder positivo, tanto en el área del comercio y la industria como en la psicología, la psiquiatría, la abogacía, la filosofía, las letras, el periodismo, todo lo que tenga que ver con la comunicación, la fotografía y todo lo relacionado con la carrera diplomática.
El número 3. Tiene como misión aprender a ver las cosas más positivamente, a darle un valor añadido a todo. Vienen a desarrollar la confianza en sí mismos, la creatividad, la capacidad artística, a ser optimistas, felices, a expresar la alegría, a tomar la vida como un juego, con entusiasmo, pasión, júbilo, a relajarse, a dejar la rigidez a un lado y a ser flexibles. Su aprendizaje primordial es a ser positivo, a tener el estado mental despejado, a ser abierto y receptivo a las cosas nuevas y maravillosas que la vida ofrece a cada ser. Debe aprender a relacionarse con personas diferentes a las del entorno inmediato ampliando el círculo social, a encontrar el placer de las pequeñas cosas, a disfrutar la naturaleza, a aprender a ser hedonistas.
A nivel de profesión, les conviene todo aquello que tenga relación con la expresión artística: actuación, canto, composición, animación, mímica, medios de comunicación en general, prensa, cine, radio, televisión, humorismo, y todo lo que conlleve información y relación con masas de personas, relaciones públicas, gastronomía, alta cocina, hotelería, organización de eventos sociales y ecología.
El número 5. Viene a aprender a tener disciplina. La organización es primordial para poder llevar bien este aprendizaje: deben ser constantes en todos los aspectos de su vida, aprender a desarrollar la flexibilidad, la movilidad interna, la versatilidad, a superar los miedos a los cambios, a aprender a utilizar con sabiduría su libertad.
Profesionalmente, les corresponde ejercer todo lo relacionado con el mundo de la pedagogía la cual los realiza ya que alcanzan su misión a través del ejercicio de la enseñanza en el área que decidan. También son buenos decoradores, diseñadores, instructores de aerobics o de la especialidad deportiva que deseen, todo lo que se refiera a la esfera artística (pintura, escultura, música, danza, canto, expresión corporal, críticos de arte o modelaje), diseño industrial, agentes de viajes, azafatas, periodistas y toda carrera que implique cambios de escenarios, estructura e ideas.
El número 6. Su misión radica en encontrar a Dios dentro de sí mismos, en cada persona y en cada situación. Este número debe crecer interior y espiritualmente: vienen a desarrollar la fe, a realizar un sendero espiritual y a compartirlo, a seguir su intuición, su sexto sentido que suele ser muy agudo, a dejarse fluir con el ritmo natural de la vida y los acontecimientos sacando un hermoso aprendizaje de cada situación vivida sin prisas. Están en este mundo para ser conscientes de la realidad sutil de los pequeños y dulces detalles, vienen a integrar lo humano con lo divino, a “tener los pies en el suelo y los ojos en el cielo”, a lograr la unidad interna superando la falsa sensación de separación con el Creador, a aprender a estar satisfechos con lo que son y con lo que han hecho. Les corresponde aprender a ser responsables, hogareños, amorosos, a nutrirse interiormente, a ayudar a los demás sin esperar una retribución por hacerlo, a decir y a defender la verdad sin temor a las consecuencias.
A nivel profesional: asistentes sociales, todos aquellos cargos gerenciales que impliquen altas responsabilidades y toma de decisiones; recursos humanos, docencia, consejeros, arbitrajes, consultores, y todo lo relacionado con psiquiatría, psicología y psicopedagogía.
El número 7. Vienen a este mundo ser escuchados, a convertirse en líderes, en oradores, en dirigentes de la actividad profesional que decidan realizar, a dirigir grupos, a exponer ideas. También a desarrollar la compasión y la misericordia, a ser independientes y creer en sí mismos, a disfrutar y aprender de la soledad, a reconocer constantemente cuales son las prioridades en la vida, y saber qué camino tomar, a profundizar en conocimientos espirituales a través de estudios esotéricos como el tarot y de diferentes tipos de meditación que los conecten con su poder interior, a desarrollar toda actividad que lleve paz.
A nivel profesional, se adecuan a todo cargo que aplique liderazgo empresarial, político, social, económico o espiritual. A todo aquello que -de alguna forma- vaya dirigido a las masas: vendedores, promotores, dirigentes políticos, dirección de sindicatos, comunicadores sociales, jueces, reformadores públicos y cargos políticos que impliquen dirigencia.
El número 8. Vienen a desarrollar el orden y la constancia, a aprender a creer en sí mismos y en el manejo de su energía, a superar los miedos, a ser tolerantes, at ener flexibilidad en los criterios y creencias, a desarrollar la confianza y la inocencia curando viejas heridas, a encontrar dentro en sí la pureza, aprender a ser como niños “mansos y puros de corazón”. Son sanadores en la propia vida y luego, lo hacen extensivo a los demás. Son excelentes para planificar, concretar y realizar el éxito financiero equilibrando lo material con lo espiritual, encontrando a Dios en la energía del dinero sin convertir el dinero en un falso ídolo.
Se realizan profesionalmente a través de toda empresa económica grande, como banqueros, abogados corporativos, asesores de empresas y todo lo relacionado con el área de la salud: médicos, enfermeros, dietistas, psicopedagogos, odontólogos, investigadores y todo lo relacionado con la medicina alternativa de la nueva era.
El número 9. Viene a realizarse en todas las áreas de la vida, con un crecimiento general. Están aquí para concretar cosas, aprender a terminar todo aquello que comiencen o han comenzado en otras etapas, a lograr el éxito en todo lo que emprendan, a hacer las cosas bien hechas, a ser profundos, consistentes, coherentes y, sobre todo muy constantes. También están aquí para desarrollar amor y tolerancia hacia el prójimo, ser compasivos y situarse en el lugar del otro; vienen a desarrollar el altruismo, a soltar el juicio sobre personas, a dejar correr las cosas que no son importantes, a ver los aspectos más sutiles, más profundos, asumiendo su propio aprendizaje, a tener agilidad en los procesos de aprendizaje, a no demorarse tanto en analizar e integrar a su vida los nuevos conceptos, a realizar ideales nobles.
A nivel profesional, cumple su misión cuando alcanza la realización en el área económica que elija desempeñarse, especialmente, cuando ésta tenga relación con crear beneficios para grandes cantidades de personas, todo lo referente a la asistencia social, organizaciones que incluyan planes filantrópicos o educativos, el área de la educación y la pedagogía en general, escritor, abogado laboral en sindicatos de trabajadores, comunicadores sociales y en fin todo aquello en que se obtenga realización, proyección y beneficio de la humanidad.
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