Dios y Señor mío, espíritu supremo. De rodillas ante ti, suplico que por intercesión de mis seres queridos que tanto me amaron en vida, formes a mí alrededor un poderoso protector contra la envidia, la maldad y la venganza de mis enemigos o competidores.
Sea que trabaje, me vele, me rece, use mis fotografías, cabellos o prendas.
Levante mesa de noche o de día. En el campo, bajo techo, en iglesia o cementerio. que nada pueda contra mí.
Que salga el mal y entre el bien, tal y como entró Nuestro Señor, tu hijo, en la ciudad santa de Jerusalén.
Toda onda negativa lanzada contra mi vida, mi hogar o mi trabajo, contra mi tranquilidad, mi dinero, la salud o la vida de mi pareja o de mis hijos.
Amen