Los dolores que sentía eran insoportables, al grado de compararlos con los de una mujer parturienta: “Ya entendí cuando las mujeres van a tener hijos, esto duele peor que eso, al momento que vas a orinar te arde todo, fueron dos quistes los que me quitaron, y piedritas”.
Mencionando que hay Mhoni para rato, la isleña detalló cuál será su proceso de recuperación: “Voy a seguir en reposo y si salen bien los estudios me dan de alta, y si no, me tendría que volver a operar porque dice el doctor que cuando me quitaron los testículos me dejaron mal hecho algo”.
El cáncer era un riesgo latente de brotar si Mhoni no se hubiera operado para quitarse estas adherencias. “Por eso me lo quité, a lo mejor y era probable que se me generara el cáncer en seis meses o un año, es lo mismo que le hacen a las mujeres al quitarles la matriz para prevenir el cáncer”.
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