Un vidente es aquella persona dotada de una segunda visión etérica. Aunque hay quienes no la poseen en forma permanente, ellas pueden visualizar cosas que son invisibles para los sentidos en forma normal, ven a través de espacio y tiempo tanto hacia el pasado como en el presente y hacia el futuro, con una percepción espiritual interna como si ya vieran los hechos realizados.
La mente objetiva en el caso de estas personas es reprimida por la mente síquica, el vidente capta el extraño acontecimiento y lo anuncia a veces también de un modo extraño, casi incomprensible, en un cierto estado de vigilia.
La profecía la produce por una inspiración natural, es un fenómeno espontáneo que se supone forma parte del potencial psíquico de estos seres humanos, una forma de acceso a la realidad pero sustentada en una mirada extrasensorial. El grado de certeza dependerá de la experiencia y de la capacidad de interpretación.
Cuando se es vidente se tiene la absoluta certeza de que aquello que se revela es real por el mismo hecho de poderlo ver anticipadamente. Quienes poseen esta capacidad a veces lo vuelcan en la lectura de algún oráculo como la lectura de las cartas españolas o el tarot, pero simplemente es una técnica específica para manifestar la facultad que poseen.
Existen diversos tipos de videntes pues al ser una experiencia subjetiva cada uno de ellos la vive de forma diferente. Algunos la aplican a la vida cotidiana, otros en acontecimientos públicos, algunos se convierten en místicos, sabios o profetas. A lo largo del tiempo de la tierra muchos han sido famosos en la historia como es el caso de Casandra alemana quién advirtió a los alemanes sobre lo que pasaría con la llegada de Hittler y de las dos guerras mundiales; o la vidente Degu Chi Nao, japonesa, que sin saber leer ni escribir transcribía los mensajes divinos que recibía. Un vidente se reconoce cuando sus visiones se demuestran empíricamente y así se consagran y adquieren prestigio mucho después del momento de sus predicciones. Cuando un verdadero vidente habla una verdad más allá de sí mismo y de su propia voluntad el que recibe sus mensajes experimenta el mismo sentimiento de certeza.
El vidente ve hacia a dónde vamos como resultado de las acciones que hemos puesto en movimiento a nivel individual, colectivo o universal. El advierte sobre lo que vendrá para que podamos modificarlo, ya que, tiene una mirada poco común de lo que el futuro puede traer y así transmutar todo aquello negativo.
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