De chico fuiste muy especial en tu familia, casi sin esfuerzo eras tenido en cuenta y se te valoraba, generando un malentendido de “no debo hacer nada para que me quieran”, “soy un ser especial y debo ser admirado solo por existir”. En este estilo desafiante, das la impresión de tener una fuerte personalidad, magnética y algo dramática. Carismático y pasional, no puedes hacer nada “por compromiso”, pues te cuesta disimular tu “desinterés”. Por el contrario, cuando algo realmente te motiva, surge milagrosamente la transformación del magnánimo rey al talentoso ser maravillosamente práctico y organizado.
Necesitas mucho la atención de los otros para reafirmarte, casi tanto como un adolescente que necesita sentirse importante y diferente del resto, muchas veces pretendiendo que se te trate “como a un príncipe o princesa”. Como sos exagerado tanto para demostrar como para pedir afecto, es posible que a veces te sientas abandonado de antemano, ya que no hay quien pueda colmar todas tus necesidades. Puedes irritar al otro con tu dificultad para registrar las necesidades del resto de la humanidad. Sos muy fiel con tus seres queridos y cuando te sentís valorado y reconocido sos muy generoso y genuino en tus afectos.