Naciste en un entorno familiar exigido y exigente, donde debiste hacerte cargo de tus propias necesidades desde muy temprana edad. En la vida adulta, si no te prestan demasiada atención no te preocupas demasiado ya que tienes el hábito, desde chico, de “arreglártelas solito”. Aprendiste muy pronto a cumplir y a no protestar, llegaste a la conclusión de que sin necesidad se sufre menos y, por lo tanto, difícilmente le pidas a otros lo que necesitas. Las metas se consiguen con sacrificio. Es hora de que te animes a pedir al resto lo que te hace falta, que te animes a mostrar ese “niño sensible y carente que tienes en tu interior enmascarado en un estilo autosuficiente y solitario”.
Te es muy difícil sentir que mereces, siendo excesivamente cuidadoso en tus gastos y con un estilo exageradamente austero. De sentimientos nobles y de palabra confiable, tienes una gran capacidad de autosostén y autoabastecimiento, como no te asustan las adversidades te plantas sólidamente en el mundo. Cuando te comprometes con una persona o con un proyecto lo sostienes en el tiempo. Tienes un maravilloso talento para mantener tus promesas y tus propósitos, y en verdad deberías estar más atento a no postergar tanto tus propias necesidades personales en pos de cumplir con los otros o con las exigencias del entorno. Sólido, confiable y responsable, tu camino es hacia lo que más te cuesta: registrar tu ternura y tu vulnerabilidad.